Desencanto
Extenuada esperé tu llegada,
más las horas y horas pasaban
como péndulos de un viejo reloj
que marcaban mi triste agonía.
Siluetas humanas sonrientes,
miraba pasar en silencio
y al mirarme entristecían,
percibiendo sutilmente,
lo que en mi interior acontecía.
Lentamente la tarde caía,
mientras tanto el sol se ocultaba,
dejándome al fin abstraída
sumergida en esta pesadilla.
Aturdida pensé en un instante,
si tanto desdén yo merecía,
y el corazón a gritos me decía,
que emprendiera mejor la partida.
Y así, sin nada más que esperar,
pude comprender que este amor
que por ti yo sentía,
no era más que una fantasía,
o una ingenua idolatría.
Hoy con certeza te digo,
que del fondo de mi alma has salido,
y que nunca serás añorado,
mucho menos despreciado,
porque al odiarte evidenciaría,
que en mis sentimientos
por siempre perdurarías.
Maygarpoetisa
Abril 24, 20011
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