Amor oceánico
Dos amores tengo yo,
mi amante Pacífico,
que con su cinturón de fuego,
aparentemente adormecido,
hace que me estremezca,
y como un sismo de gran magnitud,
erupciona en mi interior,
sumergiéndome en sus fosas Marianas,
me embelesa con sus besos,
¡Qué delicia! Y
y me dejo arrastrar por sus arcos montañosos,
sin siquiera pensar
que me induce hacia el éxtasis infinito.
Y mi apasionado Atlántico,
aunque en extensión menor que el apacible pacífico,
con la bravura de sus olas,
violentamente me fustiga
y aunque quiera alcanzar la ternura del Pacífico,
su excitada salinidad
me envuelve en un sopor indescifrable
y ahí permanezco
sumida y enajenada
en la espera de una nueva caricia.
¡Oh Atlántico!
¡Oh Pacífico!
A ambos os amo yo.
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