La persona ganadora
Cuando una persona perdedora comete un error, dice: “No fue mi culpa”, y se la echa a otros.
Una persona ganadora sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Una persona perdedora se siente víctima de la adversidad.
Una persona ganadora sabe que el resultado de las cosas dependen de él.
Una persona perdedora cree que la mala suerte sí existe.
Una persona ganadora trabaja muy fuerte y genera más tiempo para si mismo.
Una persona perdedora está siempre “muy ocupada” y no tiene tiempo ni para lo suyo.
Una persona ganadora enfrenta los retos uno a uno.
Una persona perdedora les da vueltas y no se atreve a intentarlo.
Una persona ganadora se compromete, da su palabra y la cumple.
Una persona perdedora hace promesas, no asegura nada y cuando falla sólo se justifica.
Una persona ganadora dice: “Soy bueno, pero voy a ser mejor”.
Una persona perdedora dice: “No soy tan malo como lo es mucha otra gente”.
Una persona ganadora escucha, comprende y responde.
Una persona perdedora sólo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Una persona ganadora respeta a aquellos que saben más que él y trata de aprender algo de ellos.
Una persona perdedora resiste a aquellos que saben más que él y sólo se fija en sus defectos.
Una persona ganadora es parte de la solución.
Una persona perdedora es parte del problema.
Una persona ganadora se siente responsable por algo más que solamente su trabajo.
Una persona perdedora no se compromete y siempre dice: “Sólo hago mi trabajo”.
Una persona ganadora dice: “Debe haber una mejor forma de hacerlo...”.
Una persona perdedora dice: “Esta es la manera como siempre lo hemos hecho”.
Una persona ganadora se fija en “como se ve la pared en su totalidad”.
Una persona perdedora se fija “en el ladrillo que le toca colocar”.
Una persona ganadora como tú, comparte este mensaje con sus amigos ...
Una persona perdedora como los otros es egoísta y se lo guarda para si mismo...
SALUDOS A TODAS LAS PERSONAS GANADORAS
EDUCAR es amar a todas las niñas sin más diferencias que las que aconsejen la edad y el modo de ser de cada una.
M. Alberta
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