SOLEDAD
Maldita soledad,
yo te rechazo,
porque invades mi vida
y la destrozas,
salpicando de sangre
mis entrañas,
y extrayendo de mis ojos
la esperanza,
y se nubla con lágrimas mi camino,
hasta convertir los ríos en desiertos.
Triste destino ha sido el mío,
al llevarte conmigo de la mano
y haberte convertido en mi sombra,
sustituyendo a veces
mi propio cuerpo.
Maldita soledad,
¿Por qué me has escogido
para ser mi eterna compañera?
No me cuesta expresarte lo que siento,
porque esto se filtra de mis poros
y en la mueca de sonrisa
que en mi cara se dibuja
y en el espejo opaco
de mi mirada muerta…
en mi cuerpo seco,
como árboles de los veranos tristes,
al igual que la hierba
que pisan los caballos
en las praderas pedregosas
y solitarias.
Maygar
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